
En este artículo te mostraremos los más exquisitos postres “hechos con mano de monja”. Cuando decimos que un postre está “hecho con mano de monja” es porque esta tradición dulcera correspondía al género femenino, las mujeres en época colonial tenían dos caminos, uno era el contraer matrimonio y formar familia, y el otro, era irse a los conventos, lo que era aceptado sin dificultad por la sociedad de aquel tiempo, era allí en donde ellas aprendían a realizar recetas y conocían las técnicas enseñadas por las monjas.
Las técnicas y preparaciones eran francesas y españolas. Estas recetas se fueron dejando de generación en generación y dependiendo de la región y la cultura cambiaron entre sí para darle forma a la repostería chilena actual.
Las Sopaipillas
La sopaipilla proviene de la palabra árabe sopaipa, que es una masa frita, que la comían mojada en un líquido, posterior a la invasión árabe a España estos la traen a Chile y los araucanos le ponen el nombre de sopaipilla en honor a un ave. En chile se come dulce en una salsa de chancaca (papelón), queso, mostaza o salsa de tomate.
Alfajor
En Chile la forma del alfajor es básica para todos los tipos de "dulces criollos". Se preparan en todo Chile, pero con otros nombres, como dulce de maicena o el típico Alfajor, conocido como tal, se les llaman a las preparaciones del centro (Curicó) y sur del país, muy similar en preparación al argentino; básicamente, dos galletas o bizcochos unidas con manjar y generalmente bañadas en merengue.
Calzones Rotos
Masa frita compuesta de harina, huevos, azúcar y agente leudante, típicos de Chile, se consumen generalmente en invierno a la hora del té o a cualquier hora del día. Se cuenta que durante la colonia existía una señora de Chuchunco (pueblo de Chile) que fabricaba dulces típicos y venía a venderlos a la Plaza de Armas de Santiago todos los domingos y cierto día se levantó un ventarrón y se le subió la falda y todos en la plaza vieron que la señora tenía los calzones rotos y desde entonces fue conocida como "la señora de los calzones rotos". Con el tiempo se pensó que le decían así por los dulces que vendía y así fue que éstos quedaron bautizados como "calzones rotos" como se conocen hasta el día de hoy.
Camotillos
Dulce preparado con puré de camote (batatas) y un almíbar de pelo preparado con azúcar, al que se le da una forma alargada que se deja secar en el horno a muy baja temperatura, formándose una capa delgadita y crujiente.
Cuchuflís
Barquillos gruesos rellenos con manjar blanco. Últimamente se han popularizado versiones cubiertas también de chocolate. Y la siempre salvadora torta de cuchuflís para los cumpleaños infantiles. Hay que diferenciarlos, eso sí, por la calidad. Están los tradicionales cuchuflís de masa de barquillo (harina, azúcar, agua) doradita y muy crujiente, por lo general hechos artesanalmente, y aquellos preparados con una masa más blanda.
Chilenitos
Dulces tradicionales preparados con una masa base que lleva harina y huevos. Se rellenan con manjar blanco (crema Pastelera), al que muchas veces se le agregan nueces. También pueden ir rellenos con dulce de alcayota con nueces, huevo mol (preparación con huevos y almíbar o caramelo) y puré de lúcuma. Se terminan con un merengue italiano que se seca en el horno.
Empanaditas de Pera o de Alcayota.
Con una masa preparada con huevos, manteca y harina, se hacen unas ricas empanadas con relleno de peras cocidas o dulce de alcayota.
Empolvados
Son masas batidas aireadas (bizcochuelo) muy tradicionales en la repostería nacional, rellenos con manjar o crema pastelera y espolvoreados con fina azúcar flor o azúcar pulverizada.
Mote con Huesillos
Refrescante postre y bebida para la sed y el calor, ésta chilenisima preparación es producto del cocimiento de los duraznos que se secaron en el verano, se hidratan y cocinan con azúcar y a veces también con chancaca o papelón.
Palmeras
Clásico pastel playero hecho de masa de hojaldre con un poco de miel o azúcar encima para que sea más crujiente.
Pan de huevo
Otro pastel playero que va en retirada y cuesta encontrar. Se trata de un pan dulce preparado con huevos, azúcar, harina y mantequilla. Todos estos postres son clásicos de la cocina tradicional chilena y enriquecen el paladar de los habitantes de este bello país haciéndolo estandarte en cuanto a repostería se refiere.